El Capitán de la Calle

¡¡¡Jiuuuu, silenciooooo....!!!

"Y a la vuelta de la esquina, montan guardia los puñales, los puñales del recuerdo como el pan de cada día..."

Año difícil para mi "hermano" David. Tras un año de descanso por mor de una sanción por parte de la Fundación, volvían al Cervantes las coplas de David Santiago. Coplas que venían este año cargadas de un mensaje muy particular y muy personal. Repertorio muy denso, y en ocasiones difícil de comprensión por parte del respetable.

Incluso para los que nos dedicamos a destripar los repertorios, nos costaba a veces entender ciertas metáforas, tan recurridas por este autor. Los que presumimos de tener a David como amigo, sabíamos todo lo que escondían este año sus letras. Sus coplas vienen cargadas de "alma", a veces con reproches y otras veces con agradecimiento. La figura de Dito sobrevuela cada estrofa y cada nota. David tenía su deuda, y vaya si la ha saldado.
"El coronel dio la orden, el capitán la ha cumplido, rompan filas camaradas, que el diablo se ha rendido..."

Primer pasodoble "No permitas que me duerma, que me da miedo este sueño...", el sueño más real e irreal jamás soñado, las doctrinas del abuelo, "... que mejor soñar muriendo, y despertarme sonriendo a la vera de un mendigo...".
Segundo pasodoble "Cuando sea el rey del mundo venderé tu libertad y mi palabra..", con su particular estilo David nos hace reflexionar sobre la fe y ciertos paradigmas "... que con una madre buena y otra como magdalena no hacen falta más mujeres...". Es una metáfora tras otra, engarzadas de la forma más imprevisible "...el día que sea el rey del mundo no habrá un dolor mas profundo que ese nudo en mi garganta mientras tanto seguiremos dándole gracias al cielo, rezando como Dios manda...". Joder que bien escribe el mariquita este.

La tanda de cuplés no están a la altura de los pasodobles, pero no por eso dejan de ser graciosos y con un doble sentido especial. El primero al trabajo y a las cotizaciones con un desenlace original utilizando un juego de palabras con el cotizar de un camarero y con la marca de un conocido güisqui. En el segundo David recurre al tema de las relaciones por Internet para hablarnos de la falta de romanticismo en dichos contactos. Ya no se regalan flores, ahora el día de los enamorados se regalan "archivos", igual que en la legión que cuando están desesperados utilizan "ar chivo".

El estribillo es un piropito de los buenos "No me cuentes batallitas que no es hora de jugar, que te conozco mi vida metía en un saco, por la cuenta que nos trae vamos a dejar que pase la luna, anda y tápame la boca y no me acerques la tuya, que no hacen falta mas coplas no ves que te quiero con locura..."

El popurrit, con todas las cuartetas originales musicalmente, es una gozada para disfrutar de su texto. El único pero que se le puede poner a esta agrupación es que el conjunto no está a la altura del repertorio. Es un verdadera lástima que un autor del calibre literario que tiene David no pueda gozar de unas voces que lo acompañen y defiendan su repertorio como se merece. De todas formas yo sé que él y su gente han querido que sea así, y yo desde esta humilde columna alabo su postura y su valentía. Dito también lo quiere así, seguro.

"Ya se ha acabado lo que nunca tenía que haber empezado, ya no me quedan más fuerzas para darte lo que me diste, no me queda ni vergüenza siquiera para despedirme, pero me sobra la vida para verme siempre a tu lado, y aunque me vuelva más loco, más vencido, más robado, ya se me acabó el cuento de esconderte en mis letrillas, aquí me enfrento al olvido de lo que nunca se olvida, que llega niña el momento de vestirse por los pies, con tu nombre de apellido y un galón mi coronel. Deja que salde las cuentas y el hambre de esta comparsa, poniendo tu primer premio en las vitrinas del alma, deja que al abrir las puertas de este sueño bautizado, convierta estas cuatros paredes en el templo mas sagrado. Vámonos donde jamás pueda escuchar: ¡¡¡Jiuuuu, silencio, tanto silencioooo!!!."