Estos tiempos de coyuntura ajustada tienen de bueno que todo se ve con mayor claridad, lo mejor y lo que no lo es. En plena crisis presupuestaria (ya veremos si también vejatoria con respecto a otras celebraciones ciudadanas de este año) resulta que el error de una persona al borrar la leyenda de los delantales para la foto de nuestro Alcalde durante la berza carnavalesca, nos ha propiciado un atracón de publicidad gratuito. Y he aquí mi sueño cumplido, les cuento: al despertarme sintonizo la emisora habitual que en la desconexión para el espacio local, el periodista apertura su breve noticiario con lo de la foto y los delantales y el Alcalde; y de paso, recuerda a la audiencia qué es la berza y cuando fue, atreviéndose a repasar los actos carnavalescos que vendrán estos días. De la emoción, ni me afeito. Un rato después llego a la cafetería en los alrededores de la oficina donde desayuno y al ojear los diarios, el asunto de la berza con foto y delantales con Alcalde es la noticia principal de la actualidad local. Una página completa en cada periódico, con la foto no retocada, y lo más importante, reseña qué es la berza carnavalesca, cuando fue y cuáles serán los principales actos de la celebración de las próximas semanas: el concurso de coplas, el pregón de Lamari de Chambao, los Dioses en la plaza de la Constitución, el desfile... con tal despliegue que los diarios ya se plantean regalar, no nazarenos en miniatura o medallas, sino alubias de colores... Y ya en la oficina, los compañeros que saben de mi afición inexplicable por el carnaval, me señalan sabedores del follón que se ha montado y que cuándo es el carnaval y que este año igual se disfrazan. Ahí es nada... Incluso a mi jefe este año ni he tenido que justificarle que la semana que viene son las semifinales del concurso de coplas y que igual algún día me lo tendría que tomar libre; este año, directamente me ha dicho que sin problemas... Y a mediodía en los informativos regionales de televisión, y por la noche, en el ¡Telediario...! He aquí mi sueño cumplido, el atracón publicitario que la fiesta necesitaba en el momento más propicio. Y entonces me acordé del Clásico, porque para copla ejemplar la que gratuitamente nos han regalado entre unos políticos y otros. Ahora ya solo falta que esta crisis no afecte al ingenio de los festejantes para mayor alcance de mi sueño. Sírvanse.
No hay quien no tema en las Carnestolendas:
el capón teme muerte supitaña,
el gallo ser corrido en la campaña,
el perro, de la maza el desconcierto,
las damas, de que el perro sea muerto,
las estopas de verse chamuscadas,
las vejigas de verse aporreadas,
la sartén si su tizne alguno pringa,
el agua que la sorba la jeringa,
el salvado de andar siempre pisado,
siendo a un tiempo salvado y condensado...
¡Oh loco tiempo de Carnestolendas
diluvio universal de las meriendas...!
CALDERÓN DE LA BARCA: Las carnestolendas, en Entremeses, jácaras y mojigangas. Siglo XVII.