El pasado sábado 10 de marzo, EL PAÍS publicaba por decisión municipal un especial sobre Málaga de doce páginas de extensión -supongo que pagado con el dinero de todos los que aquí somos-, con oportunidad del Festival de Cine y el relanzamiento (electoral) de la candidatura a la capitalidad cultural de 2016, cuando días antes, el propio Alcalde había anunciado la convocatoria de un concurso para la adjudicación a una empresa "profesional" de la candidatura; lo que suponía tanto como reconocer la falta de rigor con que se había conducido el proyecto en los últimos años, amén de la incapacidad mostrada, frente a la brillantez de otras ciudades aspirantes. Un paseo por Google resultaba (y aún lo es) muy clarificador; tanto, que abochornados, no han tenido más remedio que crear una nueva página Web para no mejorar ni un ápice tal despropósito. Como me repiten lo que saben de esto: el 2016, sobre todo sirve para uno cuantos elegidos por el que manda vivan del cuento, y se gaste dinero justificadamente que sin el 2016 de por medio sería injustificado. Toda una definición, que espero -la verdad, no sea correcta.
Me disculparán la autocita, pero hace unas semanas, publiqué en estas páginas el artículo "¿Capitalidad cultural 2016 sin Carnaval?" donde hacía referencia al intencionado (ya no tengo ninguna duda) olvido de la oficina municipal encargada de la candidatura para referir o contar con la celebración de nuestro carnaval como evento cultural en sus folletos... Y pasó el carnaval 2007, pobre de coplas y rico en actos y aceptación callejera; y de nuevo en el Ayuntamiento todos se olvidan de la fiesta de Dios Momo...
El carnaval no es cultura; me repito, tratando de encajar el golpe.
Y la última prueba ha sido el encargo municipal para EL PAÍS, con sus doce páginas y su entrevista obligada al Alcalde, al no dedicar ni una imagen, ni una reseña, ni un párrafo, ni una línea, ni una letra, ni una sílaba al carnaval. Nada. Incluso De la Torre culminaba: "La Semana Santa es singular... La Feria es una fiesta integral y una fiesta muy malagueña y muy cosmopolita y muy abierta. Es verano, agosto, la costa está llena de gente. La feria es vida, bullicio, todo. Es una de las más grandes fiestas del mundo, sinceramente así lo creo". Y solo faltaría que no se lo creyera ni él, con lo que nos cuesta y de derrocha... Confío, al menos, que la broma de EL PAÍS no haya costado un millón de euros como costó la retransmisión del concierto inaugural de la pasada feria... Me reitero: ¿Capitalidad cultural 2016 sin Carnaval? No, como proclaman las coplas, Capitalidad Cultural sin este Ayuntamiento. Porque quien tiene la oportunidad de rectificar y no lo hace, no merece respeto. Y de nuevo se aparta la celebración de nuestro carnaval de cualquier horizonte, ignorando que también es cultura. Con lo que deberíamos darnos por enterados, que los apoyos más significativos con los que se ha contado en 2007 son fruto del tiempo preelectoral que nos ocupa; demostrándonos a los carnavaleros que nuestras coplas y disfraces les importan muy poco, casi nada, (ni un pimiento; definiría la situación mi abuela Concha, tan carnavalera como era); salvo para salvar el expediente de febrero ante el empuje que suponen los grupos, los dioses, la Fundación..., y 30 años de tradición reciente; y que se resume en la repetida frase: "Ahí tenéis la subvención y tengo mejores cosas de hacer".
El carnaval no es cultura. Y el problema es cómo se lo explico yo ahora a mis hijos, Fernando y Lucía, cuando ya saben que Carnaval es Quijote y Sancho, muchos cuadros de Velásquez, Goya y Picasso; Lazarillo de Tormes..., los partidos de fútbol (veintidós jugadores empeñados en burlar las reglas sin que el árbitro se entere...); las coplas de los grupos de Paqui Prieto y las murgas y comparsas que tararean en el coche..., y a las que convoco para que en el próximo febrero, con su buen ejemplo, tomen el testigo de este nuevo olvido-desprecio municipal.
Siempre nos quedarán las coplas.
© David Delfín
- Nota II: 12 de marzo de 2007 y todavía nadie ha situado, en las paredes de los pasillos previos a la sala de cintas y la salida del aeropuerto, paneles con imágenes del carnaval para dar la bienvenida junto a resto de fotografías a todo el que aterrice en la ciudad. Adivinen quién tiene la responsabilidad de solucionar este enésimo olvido y además se saben de memoria el teléfono de los fotógrafos Eduardo Nieto y Pepe Ponce.
Málaga, según sus coplas de carnaval. El buen ejemplo.
Yo le tengo envidia a nuestro alcalde
pero no por lo que usted se piensa
yo de don Francisco De la Torre
no envidio ni lo que cobre
ni el arte con que se expresa.
Lo que envidio es cómo se lo monta
en la relación con su pareja
porque el tío va de fiesta en fiesta,
sus gambitas, sus cervezas,
y su mujer no lo echa.
Me resulta extraño ese dominio,
que él ejerce sobre su mujer
más o menos por lo mismo
yo me encuentro en el exilio
qué bastón de mando debe tener.
Él pasea por la feria
con su esposa agarraita
pa las fotos de la prensa,
mi parienta con mi foto
las reparte en las casetas
pa que no me den cerveza.
Mi mujer a mi me tiene
por un flojo que nunca trabaja,
que por un pequeño esfuerzo
me tiro un año de baja.
Su mujer se enorgullece
de lo que paco trabaja
tres golpecitos con un martillo
en Semana Santa.
Yo no le pido que mejore la ciudad
ni la hiperronda se la voy a suplicar,
tan solo voy a preguntar
si tiene usted una cuñá
y si es igual que su mujer,
mándemela.
Murga Y ahora qué hago yo, 2007. Autores: Mayorga, Mora y Medina.
