Ronda merecía un primer premio en el concurso de Málaga. Tras una larga tradición carnavalesca, también recuperada a principios de los años 80; la Ronda (y su comarca) carnavalesca, propulsada entre otros, por Ángel Harillo (Delegado de Cultura 1981) o José María León Cordón (autor), la ciudad de aquellas primeras murgas (Los Bandoleros, Los Chinitos, El profesor cascaron y sus niñas, y, Los Goyescos del gran Victoriano Borrego…) y que durante una década acabarían por consolidar la celebración, alcanzó el pasado año el primer premio con una comparsa fiel a esa idiosincrasia cultural y social de una comarca que reúne a tres provincias en una sola, y que desde el punto de vista exclusivamente carnavalesco, ejemplarizó la evidencia de un gran carnaval andaluz.
Pero anterior a la actual etapa y como un hecho histórico aún más revelador, el carnaval rondeño y el de la capital compartieron un mismo punto de partida en la fusión del disfraz y las coplas durante la Primera República y en los años siguientes a 1850, durante los que agrupaciones musicales de muy distinto carácter unificarían pensamiento popular y oportunidad de expresión carnavalesca que, como ya demostró nuestro catedrático de la Universidad de Málaga don Manuel Morales, iría perfilando sus formas y técnicas en la provincia hasta 1936; y cuya tradición y recuerdos, al igual que sucediera en la capital, sería uno los principales promotores de la recuperación de la fiesta, en el caso de Ronda, en 1981.
Una muestra. Quizá sorprenda algún lector saber que en la ciudad del Tajo a comienzos del siglo XX se constituyó la empresa minera Petróleos de Ronda con la intención de explotar yacimientos de gas en la zona de Los Navales y que, a la postre, no serían de gran provecho. Un suceso que las coplas reseñarían hace casi cien años!!:
Hace unos cuantos meses
se anda diciendo
que una rica mina
van a explotar
de petróleo abundante
y fortaleciente.
Hay accionistas
que están locos de contentos,
porque en su casa
están viendo un porvenir.
Pero hay hortelanos
que lo están maldiciendo
porque la ruina la están
viendo de venir.
En la huerta los Navales
Ya no se crían pepinos
Ni los nabos ni las coles
Porque saben al petróleo producido.
Si pasáis, si pasáis,
por el molino el Halcón
no vayáis a fumar
se le vaya a prender fuego
a esa mina de gas
y pueda arder
y pueda arder la Trinidad.
…
Anoche tuve un en sueño,
un ensueño que es mentira
y soné que habían empezado
los sondeos de “La Mina”.
Desde el molino de Alarcón
se veían los castilletes,
y el petróleo lo traían
entre volquetes.
Valiente engaño
tan grande yo sufrí,
que luego eran piedras
para el Calerín.
Y a los arrieros fuimos
y les preguntamos,
y dijeron que el petróleo
lo traían en aeroplano.
Como a menudo se demuestra, cuando una tradición se constituye en una memoria para varias generaciones, ésta acaba por adaptarse a las vicisitudes los tiempos y resurgir. Y de algún modo, la comparsa Entre las Flores, escrita por Raúl Mateos, ha venido a ejemplarizar los reencuentros vividos con decenas de agrupaciones en el concurso de Málaga, en sus diferentes escenarios y durante los últimos treinta años, bajo esa idea global de carnaval cantado andaluz, que hoy es unánime, pero que hace muchos años resultaba disonante en la tablas de cualquiera de los escenarios por lo que el concurso malagueño ha transcurrido. Luego me permito considerar que, esta enorme visión llegada desde Ronda, supone estar alerta ante lo mucho que ha evolucionado la fiesta cantada en las relaciones de fondo y forma (coplas locales y unificación de la técnica andaluza en cada modalidad).
Durante estos últimos 30 años, los grupos de Ronda y su comarca (no olvidemos a Juan Álvarez y sus grupos de Genalguacil) han sido una avanzadilla de lo que estaba por venir, y por esta razón, hoy no podemos considerar como casual que el primer coro en el concurso de Málaga fuera Gente de mi pueblo en 1988, o que el cuarteto Plon Chivirirú (1991) nos mostrase unas formas de las que todavía es posible ahondar por la exacta medida entre parodia y coplas, risas y críticas; o que decenas de chirigotas y comparsas nos fueran mostrando, como mayor o menor acierto, lo que el pasado carnaval se vivió con el grupo de Raúl Mateos mientras participada en el concurso gaditano y en el de Málaga, lo que además de ser una responsabilidad y una expectativa, ha significado la oportunidad de asumir el contexto andaluz de la fiesta con absoluta normalidad, de comprender que no es posible ir contra los tiempos (de comunicación extrema) con que los pueblos y ciudades intercambian sus expresiones también culturales como lo es la fiesta de la palabra.
Nuevamente, y como ya sucediera con la gran comparsa de Marbella de Vera Granados, en el Teatro Cervantes y desde Canal Sur, fuimos testigos de la participación de la comparsa en ambos concursos y la expectación con la que era esperada en Málaga, no solo por la calidad evidente del grupo, sino por ese “algo más” fraguado durante todo este tiempo. La misma noche actuaban en la semifinal del Falla y en la Final del Cervantes. Y en toda esta simbiosis hubo, especialmente, el logro de lo que puede suponer la mayor virtud y la mayor amenaza para la fiesta: repercusión social y pérdida de identidad local en la temática de las coplas. Dos aspectos que, sin embargo, bien combinados pueden ofrecernos unas nuevas formas carnavalescas cantadas. ¿Las del siglo XXI? Y para muestra un botón:
No tengo coplas que puedan pagar
el calor que recibimos
todo lo que me aplaudiste al cantar
tantos momentos vividos
En la Plaza del Cervantes
se unían los corazones
La emoción vino a cantarte
aquella bendita noche
Cruce la esquina en pasacalles y me encontré
a un castillito blanco de gala esperando
La gente me animaba y mi comparsa quiso enloquecer
Cortinas, se abrían cortinas
y se fundían nuestras manos
Después de un año te tengo otra vez a mi verita
La prensa el patio butacas y hasta el compañero
me daban muestras de su cariño,
llego el momento de agradecerlo
Me palpitaba el corazón,
las noches que viví contigo
y desde entonces ando loquito
Hoy vengo, en busca de tus besos
Besos que saben a tu cariño,
y a mucho más que un premio.
Comparsa Entre las flores, 2010. Autores: Raúl Mateos y Horacio Calvillo.
Fotografía: JUAMBE COBOS
http://juambe.blogspot.com/