El actor, director, crítico y profesor de teatro, Óscar Romero, ofreció la conferencia inaugural del carnaval 2012 en el Centro de Arte Contemporáneo Málaga, el pasado 26 de enero, en un acto organizado por la Fundación y el Áula de Cultura de Diario Sur, y que contó con la actuación de la comparsa De Vuelta por el Mundo.
Romero realizó un análisis de las relaciones del teatro con el carnaval desde el principio de los tiempos, ya que según afirmó: "Ambas manifestaciones se dan la mano desde el comienzo de la humanidad". El carnaval y el teatro han sido herramientas de liberación y una oportunidad para que el hombre cuenta su transcurrir. El actor se mete en la piel de un personaje para interpretar un papel, y en el carnaval se produce el mismo fenómeno, aunque con una diferenciación: quien se disfraza con una máscara se siente más libre para decir lo que piensa.
Los orígenes del carnaval están en la esencia de la representación teatral, esto es, la poisibilidad de asumir otra personalidad. Hace 5000 años ya se desarrollaban celebraciones rituales muy similares a las actuales romerías con un carácter festivo. Y hace 2600 años, en la antigua Grecia, Aristofanes, durante sus comedias, se representaba en los entreactos, parodias orientadas a mostrar la actualidad de personajes públicos y cercanos. Romero recordó que estas comedias se han representado en nuestro teatro Romano en los años 60 y 70, manteniendo estas miniparodias en los entreactos, y burlando la censura. Estas parodias de Aristófanes tienen mucho que ver con el carnaval actual, por la combinación de opinión y libertad.
Romero señaló también durante su conferencia, todos los elementos comunes que el carnaval y teatro han compartido a lo largo de la Historia, y entre ellos, el más importante: la máscara, el elemento identificador que ha unido a ambas expresiones desde el princio de los Tiempos y en todas las civilizaciones, siempre con el objetivo de facilitar al actor y al festejante popular su intención de represnetar lo que no es.
Firnalmente, el actor y director, señaló que la máscara une dos arte stotales y absolutos, cuya finalizad ha sido y es divertir a los demás, y que los escuchantes tomen conciencia y reflexionen mientras se divierten. La máscará, concluyó Romero, no representa, sirve para la transformación como ejer para el teatro y el carnaval.