El gran Sergio Lanzas no escribe este año para la gran comparsa de los Gallegos. Tras tomar el testigo de Juambe Cobos, Sergio se ha permitido el lujo de escribir (nunca mejor dicho) y recrear pasajes históricos con las formas carnavalesca que permiten en este caso la comparsa; un hecho que si bien no ha sido nuevo, sí ha permitido –por su constancia y años, mostrar y perfilar las posibilidades de la Historia como fuente de inspiración para la copla carnavalesca, la teatralidad…, esto es, unir estructura carnavalesca al hilo de una historia que ya viene contada, utilizando la presentación, el estribillo y el popurrí como hilo conductores de la misma; además de la propia recreación de los personajes y su interpretación. Recuerden aquella magistral interpretación final de Antonio Carlos y el Canijo a los que solo les faltó morir de verdad sobre las tablas del Cervantes en la comparsa El último amanecer; tal y como pudimos bromear tantas veces.
¡Victoriaaaaa!
¡Ocho siglos esperando que llegara la victoria!
Nuestros nombres, compañeros, los guardará la Historia.
Hoy, en nombre de Isabel y en nombre de Fernando
Va a rendirse a nuestros pies este paraíso soñado.
Las leyendas contarán que una noche mi guitarra susurró desde mi rincón “hay que reconquistarla”.
Yo no sé qué esconderás detrás de esas murallas
para que siglos y siglos hayan visto a tantos hombre mataítos
por tus besos entre coplillas y espadas.
La media luna pide sangre desde la Alcazaba,
la sangre de mi estipe no puede decepcionarla:
para apagar los cantos de la victoria cristiana
mis coplas afilé para clavarlas en sus gargantas.
Málaga no se rinde, en el nombre de Alá,
y quien quiera vencerla ya puede rezar porque un moro prefiere la muerte,
el hambre, el suplicio antes que arrodillarse y su tierra entregar.
-Señor de los Gomeres, no conocemos el honor,
se mueren nuestros hijos, por Dios, pacte rendición.
-Convertiré en cenizas si hace falta la ciudad!
-Su pueblo se lo ruega, señor, pídales piedad.
En el nombre de los Reyes dispongo:
Quien no comparta su lanza y se resista a ser vencido
más le vale que comprenda que entre la espada y la pluma,
entre la tinta y la sangre,
entre el rival y el amigo,
esta noche no distingo.
¡Por la fe de don Pelayo!
¡Por la fe de don Rodrigo!
Aquí lo juro y escribo:
Que quien no se rinda ahora
por la puerta de Granada saldrá
o muerto o cautivo.
Málaga ya es nuestra están a nuestra merced.
Una Cruz cristiana en su torre colgaré.
Bañaré mis hijos con tu propia sangre infiel.
En nombre del cielo mi voz nunca dejaré vencer.
Quiero lo que es mío, así que arrodíllate.
- Nunca ningún hombre me la quitará otra vez.
Cuando abra las puertas,
como se abren las cortinas,
otra guerra de piropos,
por quedarse con sus labios,
tu nueva maldición juraré:
que Alá me dé el perdón
por perder lo que un día me dió.
Tenga mi honor y mi espada
pero nunca olvide que Málaga es mía
y que por ella un día en guerra volveré.
Presentación de la comparsa LA VICTORIA, Autor: Sergio Lanzas Olea. Fotografía: Juambe Cobos.