(Diario 16 de Málaga 4 de febrero de 1994)
La vieja acera de la Marina y su explanada portuaria de principios del siglo XX convertida en la actual plaza ha sido remodelada en numerosas ocasiones a lo largo de un siglo siendo hoy un punto de encuentro principal de la Málaga urbana. El proyecto más reciente de remodelación de la Acera de la Marina data de fines de los años setenta momento en que acometieron los primeros intentos de construir un aparcamiento subterráneo. Unas obras que llenaron de escepticismo a los ciudadanos y que finalmente fueron abandonadas. Coincidiendo con la recuperación de la fiesta el tema fue abordado por los primeros autores carnavalescos. Así en el primer acto institucional celebrado en el Púb. Peleleshe (el 11 de setiembre de 1979) la comparsa del mismo nombre entonó a los presentes la siguiente coplilla referente del malestar general por las obras del futuro aparcamiento: “En la Marina apararán los coches junto a las caracolas debajo del mar la gente dice que se acabarán las obras cuando toitos los burros consigan volar”. El proyecto sería retomado en los años ochenta siendo unos de los más ambiciosos molestos y lentos en su ejecución y probablemente sobre el que más se habló (a favor y en contra) en la ciudad antes durante y una vez concluidas las obras. Todo el desarrollo fue abordado ampliamente en las coplas carnavalescas convirtiendo a la plaza en el entorno más reseñado desde el carnaval 1980 y hasta 1993. Repasemos los acontecimientos según fue recogido por los autores.
Uno de los primeros indicios del comienzo de las obras fue la desaparición de la estatua del Marqués de Larios una preocupación que Juambe Cobos reflejó en su cuplé de su comparsa Aromas De Nuestra Tierra de 1989. “Dónde estará metido el Marqués de Larios esa estatua castiza de la ciudad las obras de la plaza la han secuestrado y nadie sabe cuándo regresará” (1). Los trabajos que se prolongarían durante años provocarían –por su lugar intermedio– importantes atascos de circulación. Unas molestias y una excesiva tardanza en la finalización que se convirtieron en una comidilla popular en toda la ciudad: “Hoy he vuelto a pasar por la plaza de la Marina aquello no se termina ¡vaya obra complicá! Cuando salgo del Parque hasta que llego a la Alameda se echa el mismo tiempo que ir andando hasta Antequera. A ver si el Ayuntamiento acaba las obras de ese aparcamiento que ya son dos años lo que lleva levantá parece que están haciendo el monasterio de El Escorial que se me va a romper el seiscientos ante que pueda allí aparcar” (2).
Tras más de tres años de obras la plaza fue inaugurada sin la foto del Alcalde Aparicio por su expediente sobre los restos de la muralla árabe. ¿El resultado?: polémico. Se trataba de un conjunto arquitectónico futurista ajeno al centro decimonónico de la ciudad según se criticó y de donde habían desaparecido dos ilustres personales: el Cenachero y el Biznaguero. Pero sin duda de todas las coplas recogidas sobre la plaza la mayoría estuvieron dedicadas a las inquietantes farolas. Aquéllas por su singular diseño y estilo fueron las que mayores ironías y risas provocaron. “Por fin ya la han terminado la plaza de la Marina ¡por fin ya la han terminado! Ay Pedrito de mi alma qué farolas has colocado que no las quieren en ningún lado” (3). “...Y tanto tiempo esperando para ver esos faroles que de veras son más feos que la calva de Curro Flores” (4). Pero no sólo el diseño de las farolas sirvió a los autores de argumento para sus coplas también lo fue la extraña iluminación que proyectaban: “....Málaga siempre radiante da gloria verla tan despampanante ay qué guapa y qué graciosa qué iluminada con su faroles en esa plaza plaza de la Marina y es que es la más brillante desde Huelva hasta Alicante. Cómo no va a brillar si es que con esas farolas salimos en el Meteosat” (5). Así dijeron las coplas. Las farolas fueron sustituidas años después por aclamación popular. Repasar la prensa de esos años a la par que las coplas tendrá el valor de consultar la versión fidedigna y ¿la que no lo es?
© David Delfín
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1. Cuplé de la comparsa AROMAS DE NUESTRA TIERRA de 1989. Autor: Juambe Cobos. El disfraz recrea una biznaga.
2. Fragmento del popurrí de la murga QUÉ CARNE CRECE MIENTRAS MÁS SE MECE de 1990. Autor: Manuel Martín Calvo. El disfraz recrea a un exhibicionista.
3. Fragmento del popurrí de la murga CADA LOCO CON SU TEMA de 1990. Autores: Juan y Jesús Gutiérrez. Director: Enrique Gutiérrez. El disfraz recreaba a personajes de distintas murgas malagueñas desde 1980 como homenaje a los diez años de la recuperación de la fiesta en la ciudad.
4. Fragmento del popurrí de la murga PÁ PEGA ER PALO DE 1990. Autor y director: Jorge Montesinos el Chino. El disfraz recrea al hombre del paleolítico.
5. Fragmento del cuplé de la comparsa femenina LA BELLA Y LA BESTIA de 1990. Autor José Miguel Morales Asensio. El disfraz recrea a un personaje mitad bella mitad bestia.