Murga ejemplar. Cuando un autor es capaz de crear bajo el peso y las posibilidades de una tradición carnavalesca, a menudo, se logran murgas como esta Academia de Baile Manolito España, en la que la interpretación colectiva es tan notable como el acierto de sus coplas. Y ésta es probablemente la diferencia que define (y se distancia) de la murga de hace veinte años con la actual: su enorme capacidad de mostrar todas las vicisitudes del o los personajes al tiempo que se retratan acontecimientos de actualidad. Carnaval cantado en definitiva.
Hace muchos años que publiqué en Sur una breve reseña sobre las formas carnavalescas en las que se había consagrado José Carlos Muñoz Pariente como director, autor…, y que con el devenir de su propio aprendizaje ha sabido perfeccionar hasta murgas como la de 2010, basadas en el patetismo como género, esto es, sabedor de que al elegir personajes y temas muy fácilmente identificables por el público, logra elevarlos y recordarnos que todo lo que muestra existe realmente, a pesar de esa modernidad (principalmente tecnológica) con la que hoy los pueblos disfrazan lo que son. Repasen sus últimas creaciones desde esta óptica y advertirán una forma muy eficaz que mostrar identidades que creíamos en desuso por culpa de tantos avances. Digamos que, efectivamente, cambian las formas, pero el comportamiento humano ni un ápice. Ahora nos comunicamos por Tuenty o Facebook, pero para hablar sobre las mismas cosas de siempre. Punta tacón, punta tacón, punta tacón.
Y por esta razón, en el caso de esta Academia de Baile, y para mostrar este patetismo tan actual, tan valiosas resultan las interpretaciones del personaje y profesor Manolito España como la de los alumnos (a mi modo de ver, magistrales); como las coplas en las que, ya sean los niños de la academia como el profesor, relatan su visión satírica sobre la crisis actual (“Aunque solo sea un niño, la crisis yo la he notado, antes abría mi nevera, solo había cosas buenas, y ahora todo es Hacendado. Y además tiene un candado”); o sobre la educación sentimental (“Mi abuela sabe del clima, más que el tío de la tele. Mi abuelita en un momento, puede predecirte el tiempo, si le duelen los juanetes. Mi abuela aunque nunca haya estudiao, mi abuela es un pedazo de endocrina. Fue ella quien me enseñó a beber zumo: ¡Deprisa que se van las vitaminas…!”); o sobre el sinfín de obras municipales o no y que dan siempre a nuestra ciudad un aire de construcción permanente. En definitiva, murga también ejemplar, por la combinación de risas y críticas capaces de recoger un acontecimiento general (como la crisis) y localizarlo en la ciudad o en contextos muy cercanos; logrando un valor murguista doble. Punta tacón, punta tacón, punta tacón…
Me han mandado en el colegio,
Un trabajo sobre mi tierra.
Y sin hacer mucho esfuerzo,
Lo he acabado en un momento,
Y he llenado cinco libretas.
Nuestra provincia tiene muchas cosas,
Más cosas de lo que uno se imagina.
Tenemos un pueblo que se llama Monda,
Famoso por sus ricas “mondarinas”.
Tenemos la manquita que está en obras,
Aun no la han podido acabar,
Nuestro Alcalde la toma como ejemplo,
Y tiene la ciudad sin terminar.
Subiendo hacia el norte en las Pedrizas,
Llegamos hasta el Torcal de Antequera.
Que es un sitio muy famoso,
Por ser maravilloso,
Y por tener sus buenas auto-escuelas.
Podemos presumir,
De tener un río aquí.
Que no hay ninguno que en España le haga sombra.
Más que el Guadalquivir,
Pues yo he escuchado decir.
Que el más importante es el Tajo, y está en Ronda.
La capital,
Tiene por lema Málaga ciudad genial.
Como soy chico yo no lo voy a dudar,
De que ese lema le quede divinamente.
Es genial,
Son tantas cosas las que tiene esta ciudad,
Y tantas obras que aun están sin terminar.
Lo digo inocentemente,
Es genial pero para el 2020.
Murga Academia de Baile Manolito España, 2010. Autor: José Carlos Muñoz Pariente.
Fotografía: Juambe Cobos
http://juambe.blogspot.com/
