Asistí a la primera conferencia inaugural del carnaval en 1997 con el mismo afán de aprendizaje con el que me había acercado a la fiesta, a las coplas y a los autores siendo un niño en los primeros años ochenta; como ese alumno al que le apasiona la literatura, pero se siente aún incapaz de escribir un buen poema. En aquellos años y en los siguientes, todo lo que escuchaba, cuanto leía sobre el carnaval en la Historia, me servía para crecer como persona, aunque no lo supiera. La primera conferencia se realizó en una carpa situada en la Plaza de La Marina y la ofreció el profesor Garrido Moraga, también Concejal de Cultura ese año.
Pepelu Ramos acababa de acceder a la presidencia de la Fundación y con su gran don creativo atisbó la necesidad de recrear otros espacios, fuera del teatro Cervantes, donde conectar el carnaval con la calle: el pregón y la elección de Dioses se realizaría desde 1997 en la Plaza de la Constitución. Un cambio que provocaría un giro esencial en el carácter con el que hasta entonces se había vertebrado el tradicional pregón de la fiesta. Durante años, y bajo las luces del teatro Cervantes, los pregoneros habían aprovechado la oportunidad para la reflexión y la memoria carnavalesca, unas formas que no eran transportables al contexto de un balcón y una plaza. Un año, el de 1997, en el que Pepelu Ramos promovería en colaboración con Juan Antonio Vigar (director del Aula de Cultura de Diarios Sur) estas conferencias que ahora cumplen quince años, y que conjuntamente con la berza carnavalesca han servido de prólogo a las celebraciones en Málaga desde entonces.
Creo haber asistido a todas y en todos los espacios en los que se han celebrado hasta llegar a Ámbito Cultural de El Corte Inglés. La mayoría las conservo grabadas en audio, de todas tengo anotaciones en cuadernos y de algunas hice reseñas en La Opinión o en este sitio web…, y según fueron transcurriendo los años, acabé por implicarme en la organización. En 2000, el carnaval cumplía veinte años de su recuperación, y Pepelu me encargaba una exposición conmemorativa que tras cuatro meses de trabajo inauguramos en la sala Cajamar el mismo día en que mi admirado Elías de Mateo, mi profesor de Historia del Arte, pronunciaba su conferencia sobre el carnaval de nuestros abuelos durante la II República. Una exposición que orienté con el objetivo, no de pretender materializar el pasado (los acontecimientos eran reciente aun los veinte años transcurridos), sino de acercar el recuerdo y rememorar las noticias, las coplas, los disfraces, dioses, reflexiones literarias y las imágenes (del gran Pepe Ponce) de dos décadas durante las que la celebración de febrero se reinventaba.
Y al año siguiente era yo el elegido por la Fundación para ofrecer la conferencia porque, una vez más, Pepelu Ramos creía más en mí que yo mismo. Una oportunidad de la que surgiría un texto ideado para proclamar la grandeza de la copla carnavalesca (pensamiento popular) y nuestros autores de esta nueva etapa como partes de una cultura viva de la que la ciudadanía malagueña desconocía sus valores. Y un par de años después, en 2002, gracias al apoyo incondicional de Miguel Ángel Crespo, me solicitaba coordinar la organización conjuntamente con Juan Antonio Vigar, y ahora en colaboración con el novelista Pablo Aranda como actual representante de Aula de Cultura de Diario Sur. Y durante una década hemos ido confeccionando un mosaico de reflexiones sobre el carnaval desde los más diversos ámbitos, lo que además de un empeño, ha sido una de las tareas más reconfortantes a las que me he enfrentado: saciar mi curiosidad carnavalesca de la mano de destacados profesores, historiadores, o escritores como José Infante, Ruíz Noguera, Garriga Vela, Fortuny, Alfredo Tajan, Manuel Morales, Aurora Luque; o pintores y músicos como Pepe Bornoy o Francis de Gálvez; o poder profundizar en lo que supuso la recuperación de la fiesta por uno de sus indudables protagonistas: Luis Melero; o, sencillamente, darnos cuenta del mundo (un poco carnavalesco) en el que nos movemos gracias a las reflexiones del periodista León Gross y atisbar algunas claves de futuro para la fiesta.
Hoy, tras quince años, el conjunto de conferencias suponen una de las visiones sobre el carnaval más diversas y actuales, y cuyos mayores retos sean continuarlas con la misma calidad e ir reuniéndolas en libros: “Formas Carnavalescas. Reflexiones y aportaciones desde Málaga. Conferencias 1997…”. Un proyecto ya apalabrado con el periodista Juan Soto de SUR y sobre el que no hemos obtenido el apoyo institucional necesario para hacerlo realidad.
Que no quede nada en el tintero,
que el letrista no se olvide
de escuchar la rebeldía
de negarse a obedecer
que no quede en el tintero,
que no quede en el tintero
lo que falta por hacer.
(Comparsa PATOS CABREROS, Uruguay, 1953)
Las circunstancias han hecho que la conferencia de 2011 sea especial, y sirva para que los promotores y continuadores del acto podamos reunirnos y hacer balance de todo este tiempo y de lo mucho que hemos aprendido sobre una fiesta tan antigua y tan actual como ésta, contaba por conciudadanos que por su profesión y/o devoción han logrado un lugar preferente en el mundo de la cultura con mayúsculas (salvo en mi caso, claro está). Unas conferencias de indudable mérito y valor, a las que en quince años ningún Concejal de Cultura de turno en el Ayuntamiento, ninguno, ha tenido la generosidad de venir y sentarse a escuchar aunque solo fuera con afán de aprendizaje.
VALE.
David Delfín
