"El Carnaval de Málaga atraviesa varias etapas a lo largo de su historia". Con esta frase comenzaba mi libro "Anales del Carnaval de Málaga 1979-1997". Me alegra pensar que actualmente, desde hace algunos años, estamos viviendo una de esas etapas para recordar. Atrás quedaron frases como "...Y el Dios Momo de éste Carnaval 1985 es... ¡el que iba vestido de demonio!, o aquella "incómoda" situación en la que la murga "Los miau segaores" de 1986 le cantaban al jurado, al acomodador del Alameda y a "cuatro gatos" que se encontraban allí. Nuestro Carnaval actual ha madurado lo suficiente como para pensar que vamos en buen camino, a paso lento, pero seguro. Se cuida cada año más los distintos actos, el público respeta más y las agrupaciones ganan en calidad año tras año a pasos agigantados. Creo que desde la Fundación, el Ayuntamiento, los grupos y todo lo que rodea esta fiesta, se van haciendo más o menos las cosas bien, aunque siempre se puede mejorar todo y estoy seguro que mejorará. Peeero, siempre hay algún "pero", no nos terminamos de quitar la espinita que los carnavaleros llevamos clavada desde hace ya bastante tiempo, y no es otra que ver a la gente participar en la calle y no ser meros expectadores de una fiesta en la que deberían ser ellos los protagonistas. Me duele pensar en la cantidad de gente que se disfraza en Hallowen y en la de fiestas que organizan, y cuando llega el Carnaval, la misma gente y en los mismos sitios. ¡Señores!, el Carnaval sí que es nuestro y no esta tradición americana. Vale que la adoptemos, vale que la disfrutemos y vale que sigamos celebrándola, pero no más que el Carnaval. De todas formas tampoco podemos hacer mucho más, la fiesta de la libertad es eso, libertad, así que cada uno siga participando como quiera, con disfraz o sin él, pero haciéndolo, aunque si fuera de la primera manera mucho mejor. Feliz Carnaval y suerte a todos en el concurso.
