El Último repertorio

El autor de esta web, hace unos meses se puso en contacto conmigo y me pidió que colaborara con la página y que escribiera algún “articulillo”. La verdad es que me ha costado arrancar. El carnaval, aunque parezca mentira, para mí en estos momentos está en un segundo plano en mi vida. El único contacto que tengo con él, es cuando alguien conocido y relacionado con el mismo se acerca por mi peluquería.



Estamos en esas fechas, en que los autores, se hacen la eterna pregunta, ¿a qué le escribo?. Pues eso me pasa a mí: ¿Sobre qué hablo en este artículo? Voy a hacerme la idea que estoy empezando con un nuevo repertorio. Y no penséis que es, que lo estoy echando de menos, ¡¡¡ noooo !!!, jajajaja, que estoy muy “tranquilito” ahora.



Normalmente los autores, lo primero que hacemos es el pasodoble (hablo como comparsista). Ese pasodoble de medida, que después, la mayoría de las veces, una vez que está “pillado”, se queda en el olvido, a la espera de letras mejores. En este caso y rompiendo el guión que me he establecido en otras ocasiones empezaré por la Presentación.


A estas alturas, presentarme, decir ¿quién soy?, o mejor, ¿quién he sido? me resulta pedante y fuera de lugar. De sobra nos conocemos todos. Eso de los curriculums y los historiales carnavalescos, está muy bien para cuando tengas nietos y quieras presumir con ellos de lo “mamarracho” que fuiste de joven, jajajaja... En esta fiesta, afortunadamente, un año lo eres todo, y al siguiente, no eres nada. Así que en esta presentación hablaría de lo que podemos ser a partir de ahora. Está claro que nuestro carnaval, con todas las limitaciones que sabemos que tiene, se puede decir que está ya ciertamente consolidado. Yo diría que actualmente es un problema más de cantidad, que de calidad. Aunque una cosa implica a la otra. Me explico. Somos muy pocos desgraciadamente. Apenas hay renovación generacional. Llevamos años siendo los mismos. Desde el Presidente de la Fundación hasta el último postulante. El nivel de nuestras agrupaciones, es bastante digno, siempre que tengamos en cuenta el número de grupos que existen. Si de las diez o doce comparsas que hay, ya se puede disfrutar de ocho o nueve, pues pensemos que tenemos un tanto por ciento muy elevado de calidad.

Pero claro, todos quisiéramos que hubieran treinta comparsas, aunque siguieran siendo ocho o nueve las que tuvieran una calidad contrastada. ¿Os suena esto de algo? Fijaros en Cádiz, el espejo donde miramos todos. Sí, un concurso que dura un mes, pero que si analizas, son veinte grupos buenos (siempre los mismos), y los demás mucho empeño e ilusión, pero de los que nunca llegarías a comprar un Cd, incluso ni a piratearlo, jajaja....




Ahora le toca al Pasodoble. Sin dudarlo ni un instante, iría dirigido a las instituciones y dirigentes de esta ciudad. En una de mis letras ya hablé, en una ocasión, del camino andado en estos últimos veinte años por el carnaval en Málaga. Desde luego que hemos crecido, nadie lo reprocharía. Yo he visto, como los mismos grupos hacían una sentada en la carretera para cortar el tráfico en una cabalgata. Eso hoy sería impensable. Yo he vivido como hemos pasado de cantar en el Eduardo Ocón del Parque, a acaparar una semana entera todo un Cervantes. Por supuesto que ha habido muchas mejoras, ¿pero son suficientes? Hasta que punto deben de mojarse las instituciones y los dirigentes. ¿Porqué nunca se han subido a este caballo?, ¿Pensarán que nunca podrá ser ganador? Yo creo que ahí esta el problema. Ellos son los primeros que no creen en esta fiesta. Supongo que su política está en tenernos entretenidos unos días dentro de un Teatro, por cierto municipal, paraninfo de intelectuales y “culturatas” el resto del año, y que durante unos días de Febrero se convierte en el “corralón” de la ciudad. Porqué, tristemente, así nos sigue viendo una buena parte de malagueños: “¿La gente del carnaval?.... chusma y maricones...”. Como digo, ha sido mucho el camino andado, pero no debemos dormirnos en los laureles, y seguir reivindicando el lugar que nos corresponde. La gente que llega nueva, hoy en día, al Carnaval, apenas sabe de todo esto. Les pediría que nunca olvidaran lo que costó estar donde estamos. Que queda aún mucho camino por andar. Y que está en sus manos el ser algo. Que nunca estará de más una letra al político de turno, aunque lo esté haciendo bien. Acordaros de él, de la corporación, del alcalde, y de tantos y tantos...., que sepan que estamos ahí.




Y en el Cuplé (“no tienen guasa, los cuplecitos de las comparsas...”), toca hacer de reír. Ardua tarea. Ni Gran Hermano, ni el Paquirrín, ni la madre que lo parió, ni el novio de la madre que parió al Paquirrín. Que no. Que esta vez no hablo de eso. Se me amontonan cientos de anécdotas vividas durante todos estos años de carnaval, que sin duda darían para hacer más de un “cuplecito”. De cómo una murga de Cuevas de San Marcos “Los hermanos del Santo Pilón”, revolucionaron el Alameda en una noche de semifinales de antaño. De cómo se encontraba el Bar del Teatro abarrotado en el momento en que cantaba esta agrupación, y cómo se quedó vacío en un minuto porque todo el mundo había vuelto a su butaca a ver la actuación de esta murga. ¿Qué porqué? Algún día os lo cuento. En fin, que para el cuplé, ya está la murga ¿no?, jejejeje.....




Me queda el Popurrit. Anda que no se hace largo “ni ná”. Mira que cuesta ¿eh?. Bueno pues en este quiero acordarme de todos aquellos que se quedaron en el camino, que ya son parte de nuestra “pequeñita” historia: de Álvaro de los Tumbaítos, de Fernando Benítez, de Antonio López “er mellao”, de Dito, de los hermanos Diego y Pepe, de mi amigo Paco Gallego, seguro que se me queda alguno en el tintero, pero para todos ellos un emotivo: “y el que no diga ole.....”.
También expresaría un eterno agradecimiento a tantos y tantos rivales en las tablas, y amigos fuera de ellas. A David, a Maxi, a Guti, a Miguel, etc... Cuánto he aprendido de ellos. A mi gente, a todos ellos, con el deseo de que sigan siendo una comparsa puntera. Se lo merecen.


Bueno, desde bambalinas ya me dicen que me estoy pasando de tiempo. Hay que acabar. Abajo telón. Abrazos para todos, y a camerinos.


Hasta otro ratito.



Juambe Cobos Figueroa