Lo primero que quiero hacer es felicitar a los finalistas y desearles suerte para el Viernes, un día que se intuye muy entretenido y disputado.
Después me gustaría salir al paso de muchas cosas que estoy leyendo en distintos foros en relación a la elección de dichos finalistas y que no hacen más que desprestigiar no sólo al jurado o a los grupos, sino a la Fiesta en sí. Creo que no debemos olvidar que ésto no es más que un concurso y, como tal, nunca lloverá al gusto de todos y nunca estarán en la final los grupos que yo considero mejores. No cabe duda de que todo el mundo aspira a lo máximo, pero si le damos tanta importancia a lo que opinan cinco personas, le estamos haciendo un flaco favor a nuestro querido Carnaval.
Este año he cantado en el Cervantes, después de tres años sin pasar el primer corte y, por supuesto, que alguna vez he pensado que merecíamos haber pasado y me he llevado alguna desilusión... pero esos pensamientos me han durado muy poco tiempo, porque enseguida hemos salido a la calle a cantar y he disfrutado como un niño y he visto a la gente disfrutar con nosotros... y me ha importado tres pimientos haberme quedado en preliminares. Claro que es una gozada cantar en el Cervantes (y este año lo he disfrutado mucho) pero más gozada es cantar en calle Larios, donde el jurado es la gente y donde se vive realmente el Carnaval.
Tengo la suerte de pertenecer a una agrupación de "carnavaleros" y no de "concursantes", que viven la fiesta como yo la vivo, que me permiten escribir pamplinas y las cantan, aún sabiendo que a mucha gente no le va a gustar por ser tan raras. Que este año han disfrutado en el Cervantes, pero que yo he visto estos años atrás cómo sus caras se iluminan en la calle, rodeados de gente, disfrutando y haciendo disfrutar a los demás (en las distancias cortas, cara a cara). Quiero aprovechar para darles las gracias por haberme ayudado a cumplir el sueño de cantar en Carnaval y, sobre todo, gracias por ser tan grandes personas. Os quiero un montón.
Tengo muchas más cosas que decir, pero ya me he extendido bastante y si habéis llegado a esta parte tenéis mérito de leer tanto, jeje. Simplemente es eso, que el Carnaval no puede limitarse a las cuatro paredes de un teatro -que a veces ni sabemos cuál va a ser-, que hay que ir al concurso con ganas y con ilusión, pero que, si nos centramos sólo en eso, nunca vamos a conseguir que esta fiesta siga creciendo.
Un abrazo a todos!,
Migue, letrista de la murga Los Mirlas
("Dejé el INEM pa estar parao")