Lo que un día fue una forma de recrear una pasión malagueña desde el carnaval, hoy es parodia, quizá como consecuencia de la madurez de nuestra fiesta. Durante lustros las coplas que hacían referencia a la Semana Santa tenía un componente de reivindicación y encuentro, capaz de conmocionar y emocionar. Sí. Hasta que el cuarteto de Palo (Manolo Rueda, Rafael, el Niño Huelin...) en los primeros años noventa nos explicaron que el carnaval exigía algo más que un simple piropo, exigía la parodia... Se trataba de referir al ciudadano que ni cree ni deja de creer, pero que saca tronos y va de nazareno, e incluso paga las cuotas de su cofradía por tradición o por lo que sea; y que además de respeto y pasión, le pone diversión cofrade a lo de la Semana Santa y sus aconteceres: la de nuevas casas para Hermandades que se han ido levantando, el vendedor de coquis (¿adónde se fueron?); los niños pidiendo cera, las horas de espera en la sillas, el bocadillo para el novio que va en el trono de la Virgen; los que ya ni vamos a centro y desde un sofá con tele local lo vemos todo; las mantillas con escote y tacones de aguja; y por supuesto, los adelantos de los que tanto se presume durante la Semana Santa en los medios de comunicación locales con web sin conexión, el Ayuntamiento o la EMT. Por eso es verídica esta copla de los hermanos Gutiérrez, porque es parodia y una forma de ver el mundo desde la risa que trata de señalar lo que nunca referirán los cofrades, y que por supuesto, también respeta. ¡Qué cruz y qué filón para las coplas!
Qué moderna nos ha puesto
El Ayuntamiento la Semana Santa
Te dicen dónde te encuentras
Las procesiones en todas las paradas
Yo iba de nazareno con la Paloma
Y qué faena me dio un dolor de barriga
Y salí corriendo por la Alameda
Con la Cruz Guía encima
No vaya a ser que me la robaron
Y un chip llevaba, pero eso no lo sabía
Y en las pantallas qué extraño
Ponía que la Paloma está haciendo
Cola en el cuarto de baño.
Comparsa EL GRAN MUSICAL, 2008. Autores, Juan y Jesús Gutiérrez.