El carnaval posee un carácter universal, es un estado peculiar del mundo que ignora toda distinción entre actores y espectadores. Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven, ya que el carnaval está hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval no hay otra vida que la del carnaval. En el curso de la fiesta sólo puede vivirse de acuerdo a sus leyes, es decir, de acuerdo a las leyes de la libertad.
M. BAJTÍN: La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento.