En la segunda mitad del siglo XIX, un grave incendio destruyó en su práctica totalidad el Teatro de la Libertad, anteriormente llamado del Príncipe Alfonso, inaugurado con motivo de una visita a Málaga de la Isabel II. Tras la pérdida de este emblemático edificio, un grupo de personas de relieve social se asocian con el fin de dotar a la ciudad de un nuevo espacio escénico donde albergar las diferentes manifestaciones artísticas, fruto del auge económico y cultural que vive la urbe y satisfacer, asimismo, las necesidades de ocio de la burguesía malagueña. La comisión creada para materializar el proyecto de construcción de un nuevo teatro para la ciudad encarga la ejecución del mismo al arquitecto municipal Gerónimo Cuervo, autor de grandes operaciones urbanísticas y arquitectónicas, y éste, a su vez, requiere la colaboración del pintor valenciano Bernardo Ferrándiz, afincado en Málaga. La decoración fue concebida conjuntamente por ambos artistas y, debido a la premura de las obras, se vieron en la necesidad de contar con la ayuda de otro pintor, el malagueño Muñoz Degrain. La decoración del techo A Ferrándiz le es encomendada la pintura del telón de boca (en el que el pintor se autorretrata en la figura de Mefistófeles) y del techo de la sala. Para esta última se decide por una alegoría de la ciudad, en la figura de las Bellas Artes, en el centro del lienzo rodeada de todos los aspectos de su economía, entonces en pleno florecimiento: agricultura, alfarería, industria, transporte, pesca, situación estratégica para el comercio marítimo) que había dado lugar a la aparición de una clase social acomodada que propició la erección del coliseo. Inauguración Las obras se realizaron entre abril y noviembre de 1870. La inauguración tuvo lugar el 17 de diciembre, con la interpretación de la obertura de la ópera Guillermo Tell. Las crónicas de la época resaltan su capacidad (de 2.300 a 2.400 personas), las excepcionales dimensiones del escenario, así como la ornamentación que crea un conjunto realmente sugestivo en su interior; aunque lo que más atrae es su concepción espacial. El Teatro Miguel de Cervantes, tras expediente abierto por el Ministerio de Cultura, obtuvo el título de Monumento Histórico Artístico. Años de abandono A lo largo de los años, el edificio sufre una serie de cambios de muy diversa índole y la indiferencia y el abandono lo convierten, prácticamente, en ruinas. En 1950, el Teatro presenta un serio deterioro; sus instalaciones son acomodadas a las normativas vigentes y se hacen reformas que alteran gravemente su diseño, distribución y elementos arquitectónicos. Se determina la habilitación un bar y una cabina para proyecciones cinematográficas y serán éstas la actividad a la que quede reducido. Manifestación frente al Teatro Cervantes. Reconstrucción del teatro En 1984, el Ayuntamiento adquiere la propiedad del Teatro Cervantes y financia las obras para su reconstrucción con la ayuda de las subvenciones del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, el Ministerio de Cultura y la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía. El nuevo teatro -con un aforo definitivo de 1.171 localidades distribuidas entre butacas y palcos- es equipado con los materiales, dispositivos e instrumentos exigidos por las normativas técnicas vigentes para un local público de sus características. La Reina Sofía asiste a la inauguración, el 6 de abril de 1987, en la que se ofreció un concierto de la Orquesta Sinfónica de Málaga. Programación El carnaval por encima de todo :). Pero los espectáculos programados por el Teatro Cervantes se distribuyen según la ordenación clásica y común de los géneros escénicos: lírica, música, teatro y danza, a su vez divididos en multitud de variantes. Extraído de: http://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_Cervantes_%28M%C3%A1laga%29