Por eso me hice yo bromista.
Para la civilización griega (inventora de este mundo) las ocasiones para la risa y la burla no coincidían con las situaciones cotidianas sino con aquellos momentos especialmente señalados para el regocijo y la festividad. Hoy, como sabemos, el carnaval no es un momento de excepción, sino más bien una tradición cultural según los pueblos y que permite acentuar unas formas determinadas de expresión tales como la máscara, la burla, la crítica, etc.