La mañana no es mañana, porque al sol le dé la gana, la mañana es la mujer… (Templo de las coplas, III)
En 1989 una comparsa de mujeres se disfrazaba de varón para recrear el míto bíblico de la creación de los elementos, los animales y el hombre…, y cómo Dios al darse cuenta de lo que le faltaba al mundo… “creó de la costilla de él, la que fue su pasión… y cómo juntos sembraron todo lo demás”. Argumentaba la presentación.