El artista Lorenzo Saval desgrana el sentido y la construcción del cartel oficial de 2026, una pieza en collage y mixta sobre madera que rinde tributo a Málaga y al imaginario picassiano.
Saval explica que la obra parte de un boceto inicial que fue desarrollando hasta equilibrar idea y emoción. El eje visual es el arlequín de Picasso, emblema de creatividad y juego, arropado por símbolos reconocibles de la ciudad, la Catedral y el mar, para anclar el cartel al territorio y a su fiesta. El resultado, dice, busca transmitir "alegría y ese respeto escénico ante un encargo tan visible".
El cartel de Saval funciona como declaración de intenciones, un Carnaval que se sabe hijo de su ciudad, que dialoga con su memoria artística y que convoca a vivir la fiesta en primera persona.