Hoy canta el niño de Ana
(Diario La Opinión de Málaga, 13 de febrero de 2003)
David Santiago Velasco, es la copla de la pasión sentimental, de la imaginación puesta al servicio de hacer revivir lo cotidiano con sus afectos y falsedades. Sus coplas brotaron en nuestro carnaval casi sin proponérselo, llevaba un mundo dentro que debía cantar y que, al cabo, emergería un buen febrero con el disfraz de aquella murga de tantos matices y perfecta recreación titulada La cosa está mu floja. Sin mensaje no habría carnaval cantado. En la modalidad de comparsa, su lírica alcanzará ese estado de perfección que hace de la copla carnavalesca la mayor y más completa expresión popular cantada de nuestro tiempo por unir lo culto y lo popular, la reflexión y la ironía, la memoria y la esperanza; poesía, según la definición aristotélica: "una imitación de la Naturaleza". Cómo le cuento a mi madre, capitán, que se me esconden las letras, cómo le cuento a mi madre, que me siento un miserable, cuando me llaman poeta. Coge el puñal que tu padre te dejó, y clávatelo en el alma, vamos a ver lo que esconde, ese nombre en tus entrañas. ¿Para quién escribe un poeta? David Santiago escribe sus coplas para sí mismo y para quien quiera recogerlas, como debe ser; él mejor que nadie sabe que necesita traducir su entorno a golpes de imaginación pausada, que necesita recrearlo desde la belleza y la ironía, consciente de que su mundo puede interesar o no, pero mientras escribe no puede obedecer a otra voz que no sea la suya, y eso lo hace grande. ¿A quién dirige sus coplas un autor carnavalesco? ¿Qué gloria espera alcanzar? Anda y guárdate los premios, no quiero más fama, que escuchar en el lavadero, hoy canta el niño de Ana, hoy canta el niño de Ana.
© DAVID DELFÍN