La máscara de la copla
(Diario La Opinión de Málaga, 14 de febrero de 2003)
Juambe Cobos, es la voz más alta de nuestro carnaval. Tras veinte años de coplas, nadie como él ha recogido los acontecimientos de Málaga durante este tiempo para iluminarlos y así revelarnos los dones y torpezas de la condición humana y su entorno. Media vida llevo en el barrio, media vida en el callejón, desenmascarando en mi copla, las quimeras del bufón. En él guardo los recuerdos, que a esta fiesta le robé, a la que tanto le debo, y la que tanto entregué. Un repertorio de coplas es ya una memoria escrita, y si ésta abarca un período tan amplio, resulta además una reseña colectiva del tiempo en que fue escrita y que servirá a los historiadores futuros para conocer la otra versión de la Historia local, nacional e internacional, aquélla que el pueblo se da a sí mismo. Aquí guardo pasodobles, estribillos y cuplés, aquí guardo veinte años, de humildad y sencillez... La copla es para Juambe Cobos su propia máscara, la del autor popular que ha reseñado los acontecimientos sociales de relevancia, configurando un vasto diario popular con grandes y pequeños titulares, con denuncias y anécdotas; en suma, con la crónica ciudadana que ha servido de altavoz para los sin voz. Y cruzaremos el umbral, una vez más para gozar, la libertad que me dan tus carnavales... Que yo no sé fingir, y sólo con cantarte, ya me siento feliz... Que yo no sé escribirte, las cosas de otra manera, si aquí tan sólo somos, aprendices de poeta... La expresión de lo que somos y donde residimos, entre otras materias, conforman una cultura subjetiva y objetiva de nosotros como individuos y como pueblo, y los poetas, ya sean cultos o populares, asumirán por siempre la obligación de perservarla. Que así sea.
© DAVID DELFÍN