No hay quien no tema en las Carnestolendas:
el capón teme muerte supitaña,
el gallo ser corrido en la campaña,
el perro, de la maza el desconcierto,
las damas, de que el perro sea muerto,
las estopas de verse chamuscadas,
las vejigas de verse aporreadas,
la sartén si su tizne alguno pringa,
el agua que la sorba la jeringa,
el salvado de andar siempre pisado,
siendo a un tiempo salvado y condensado...
¡Oh loco tiempo de Carnestolendas
diluvio universal de las meriendas...!
CALDERÓN DE LA BARCA: Las carnestolendas, en Entremeses, jácaras y mojigangas. Siglo XVII.