(Diario La Opinión de Málaga, 27 de enero de 2004)
Al cabo de tantos años he llegado a la conclusión de que para conocer a un autor hay que escuchar sus colplas y observar cómo se entrega durante los meses de ensayo, según va revelando sus pensamientos convertidos en denuncias o alegrías cantadas. Durante años he sido un asiduo de los ensayos con el afán de descubrir ese lenguaje propio con el que cada autor suele articular y revestir cada elemento del grupo: tema, disfraz, coplas... "Soy comparsista, mi código es el cantar. Y mis coplillas valen, lo que me quieras dar. Tengo un escudo de armas colgado en mi casa, con dos guitarras cruzadas, un bombo y una caja" (El Ensayo, 1996). Cuando estamos, sin duda, en el peor momento de nuestras tradiciones locales convertidas en un todo publicitario en el que la ciudadanía no participa, sino que se le dice cómo participar, el autor carnavalesco es hoy una pieza clave en el actual marco de la cultura popular andaluza, interesado por el lugar en el que vive y por cuanto en él sucede, preservándolo de la única forma que sabe. "Me conociste abrazando una guitarra, y sin embargo no pusiste una sonrisa, yo pensé que cada acorde que le daba, a ti te estaba arrebatando una caricia, perdona por las veces que te duermes sola, por olvidarme de la musa de mi casa, por tantas noche como comparto con la otra, con esa amante infiel que se llama comparsa..." (El Altísimo, 2003). Sobre este tema dialogué hace unas semanas con Máximo Gómez corroborando que un autor carnavalesco no es más que una persona de su tiempo que participa en la sociedad como cualquiera otra, pero que concibe el mundo desde una óptica reflexiva y sin dejarse llevar, conocedor de la gran oportunidad que la fiesta le dispone cada mes de febrero para se escuche su réplica a los acontecimientos, una voz (popular) que de otro modo, nunca trascendería. A menudo mi propio grupo está en desacuerdo con las opiniones que expreso en mis coplas, tampoco yo lo pretendo y por eso me respetan, me dijo. Un buen consejo, sin duda, para cualquier nuevo autor.
(C) DAVID DELFÍN