Una forma de ser comparsa
(Diario SUR, 7 de febrero de 2002)
La escucha es una práctica de carnaval fuera de toda órbita festiva en la que no deberían existir ni escenario ni público, sino una sola unidad de participantes. Sin embargo, reconozco que escuchándolas con denodada atención durante muchos años es como he ejercido una forma de ser comparsa que me ha llevado a ser un participante más en la fiesta, aunque sin grupo, ni disfraz ni coplas. Admiré aquellas primeras comparsas del inolvidable Fernando Benítez (Blanquiverdes, Alcazaba, Semblanza Goyesca, Hoguera, Aires de libertad) o las que dirigieron, entre otros, Miguel González (Los soldaditos de Plomo, Nómadas del futuro, Los de la ONU) y Pepe Vergara (Antifaz, Garrocha, Leyenda, Picadores de ilusión) donde el mosaico de sus coplas constituían una abundancia de impresiones y expresiones entre la formalidad y la crítica, entre la nostalgia y la risa, mientras se iban sumando jóvenes autores con otros mensajes y otros modos de transmitir que han hecho de esta modalidad lo que hoy es: la expresión carnavalesca cantada más completa en la que las coplas, la música, el canto y el disfraz obedecen a un solo objetivo, transmitir un mensaje y recrearlo. Dos de los comparsistas que más he admirado desde hace más de una década, José Miguel Morales y Juambe Cobos, y cuya amistad me ha regalado esta fiesta, solían decirme: "A los malagueños que aún no conozcan nuestro carnaval, sólo les pediría un poco de su tiempo para escuchar a un buen grupo, su magia los atrapará". Como una forma de ser comparsa, se lo recomiendo.
© DAVID DELFÍN