En el siguiente artículo, la comparsista Vane Medina, lanza una serie de preguntas abiertas que reflexionan entorno a los retos aún por alcanzar en nuestra fiesta de febrero.
¿Hacemos realmente lo que podemos por mejorar? ¿Tenemos el mejor Carnaval posible? ¿Podemos y/o debemos pedir ayuda? ¿Eso nos hace mediocres?
¿Cuándo es el Carnaval? Esta es una pregunta que hemos sufrido todos los carnavaleros malagueños. Está claro, el Carnaval de Málaga no es conocido ni por nuestros paisanos. Esta pregunta y lo de: a mí me gusta el Carnaval pero escucho el de Cádiz, son dos asuntos a tener en cuenta cuando mi amigo David Delfín me propone hablar sobre aspectos a mejorar para la proyección de nuestro carnaval aquí y fuera.
Se me vienen a la cabeza varios puntos pendientes respecto a nuestro Carnaval, como por ejemplo: una Casa de Carnaval viva, clases de música y letra para niños y jóvenes también en colegios e institutos, publicidad desde que acaba Navidad, una organización democrática y activa como la que vamos a disfrutar, ayudas económicas a las agrupaciones, valorar el trabajo y dedicación de cada uno de los carnavaleros protagonistas de nuestra fiesta, desde el que acaba de empezar como el que lleva toda la vida, el Cervantes para todo el concurso, Carnaval en las agendas culturales de la ciudad todo el año...En fin, sueños de cualquier carnavalero. Después, cuando mi vecino Lucas sepa que el Carnaval de Málaga es en tal fecha y el profesor de mi hija decida escucharnos porque es el Carnaval de su tierra, la proyección de la fiesta fuera no hará falta, eso llega solo (o no, ¿qué más da?)
La evolución durante estos veintiséis años como aficionada es una realidad gratificante. Que el Carnaval es la niña feíta de Málaga es una etiqueta asumida. Que estamos dispuestos a pagar una entrada para ver a alguna agrupación de Cádiz y no lo hacemos para ver las nuestras, también. Que para el malagueño el carnaval no es lo primero, pues puede ser. Todo es perfecto y maravilloso, al menos a mí me lo parece. Al fin y al cabo, ¿quién tiene el poder de darnos el sitio sino nosotros mismos? ¿Acaso necesitamos que alguien venga a decirnos lo que valemos o si existimos?
Generalizando y desde el respeto y admiración que merecen todos los compañeros y amigos, lanzo una pregunta: ¿tenemos lo que merecemos?
Dicen que el carnaval hay que mamarlo. Aquí de eso hemos mamao poco. Mira qué suerte tuve que en mi casa nunca se escuchó carnaval y aunque a mí me gusta el Carnaval, soy comparsista de Málaga, aquí y en Pekín.
Vane Medina. Carnavalera, madre y comparsista de Málaga.