El profesor y periodista ofreció la conferencia inaugural del carnaval 2010, una oportunidad que el columnista de Sur aprovechó para reflexionar sobre las nuevas claves que deberán ser el motor del carnaval en el siglo XXI, la “era de la simulación, en la que los modelos de realidad se hacen pasar por realidad”. La sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés completó su aforó, contando entre el público asistente con la presencia del maestro de periodistas don Manuel Alcántara, al que León Gross ha dedicado algunos de sus estudios y actual vicepresidente de su fundación.
Al concluir la conferencia y la actuación de la comparsa de los hermanos Gutiérrez, Juan Antonio Vigar, primer promotor junto con Pepelu Ramos de estas conferencias en 1997, me advertía sobre la calidad de la conferencia que acabábamos de escuchar, entre otras razones, porque legitimaba el concepto con el que fueron creadas: promover un foro de reflexión sobre las posibilidades de la celebración en nuestro tiempo y en el futuro. La conferencia de León Gross alcanzaba la décimo cuarta edición, y efectivamente, supuso una amplia reflexión sobre un Ahora en el que “disfraz y realidad se confunden”.
León Gross indagó en un carnaval no entendido como exactitud, sino como creatividad y como forma de acercamiento a la realidad, cuando el concepto de simulación en la sociedad actual es entendido como una forma de actuación. Todo es simulación: las personas, las instituciones, las cosas… “en un mundo en el que todo se disfraza y en el que todo lo que nos redea son engaños disfrazados” razón por las que el carnaval es Hoy una fiesta de la veracidad. León Gross tituló su conferencia La autenticidad de la Máscara, como idea central para adentrarse en la genética del carnaval en el siglo XXI, un momento en el que lo lúdico y lo crítico son los ejes claves de la fiesta, y en el que el disfraz ya no ha de servir para ocultar, sino para revelar lo que somos y son las cosas; y en las que la coplas sintetizarán buena parte del sentido del carnaval en el futuro, especialmente si éstas son cantadas con ánimo de molestar, si bien, matizó León Gross, “el mérito de las coplas no será el de provocar, sino el del talento con el que redondear la provocación desde lo crítico y lo lúdico. El centro del carnaval es la palabra”.
León Gross fue presentado por el arquitecto Salvador Moreno Peralta, quien introdujo al conferenciante con referencias al juego de máscaras que es la realidad, al espíritu independiente del periodista y sobre su oficio de columnista, y sus continuas referencias al “otro lado de una España de carnaval y de una Málaga más allá de la que vemos”.