La costumbre universal de elegir dioses como autoridades reguladoras del festivo desorden, ha supuesto alcanzar uno de los ritos más espectaculares desde 1988, ya con el teatro Cervantes como marco, por la maestría de diseñadores locales como Miguel Ángel Crespo, Rafael Ríos, Ana Jodar, Cachairo, Jesús Pendón, Manuel Martín, Manuel Sedeño, Juan M. Corral, Fernando Romero, Montse Segado, Juan A. González, Sánchez Quiñones, Mascareñas, Mª Carmen Gaspar, entre otros; autores también de ideas carnavalescas, aunque con telas y colores, que han encumbrado la figura del dios Mono y la diosa proyectando su carácter más representativo que regulador, más esplendoroso que significativo dentro de la fiesta. Han sido los pregoneros quienes han asumido esa función reguladora de lo festivo en Málaga, indicándonos con sus reflexiones que asistíamos al comienzo de una época especial en la que todos podíamos ser parte activa. Sepamos reconocer que todos supieron mostrarnos un nuevo camino hacia un carnaval que debía encontrarse con los nuevos tiempos. Recordemos a Julián de la Maza en 1980, a Sesmero en 1985; los pregones escritos por Pérez Estrada en 1988, Quiñones en 1989, José Miguel Morales en 1990, o el de José Infante en 1993, entre otros; elegidos para hacernos reflexionar sobre esa nueva vida que representa el carnaval por unos días. En 1997, el pregón salió del Cervantes para ubicarse en Plaza de la Constitución, en una feliz iniciativa a la que siguió otra: las conferencias inaugurales. La máscara y la reflexión... El poder de los Dioses y el pregonero.